Dicen

Dicen que estamos en el antedía, yo diría no se ni dónde estamos... (Blas de Otero)

martes, 27 de diciembre de 2011

MISILES CONTRA LA DISCRIMINACION-2do Encuentro Arte Trans de Bs As



                                 Destravarte en su versión 2010 tuvo  -con obras dirigidas por Martín Marcou y Osvaldo Sabino- un  excepcional cierre en lo que hace a la actividad teatral dentro de la exitosa muestra que se desarrolló entre el 13 y el 15  del corriente en predios de nuestro Centro Cultural  Caras y Caretas, bajo la coordinación de  Mosquito Sancineto.
     Hablar de transgénero en teatro es internarse en una zona donde la discriminación y el prejuicio deben borrase aún cuando ambas sean motores de una conflictiva que trasciende la posmodernidad y tanto otro rótulo. Esta complejidad surge para instalarse cada vez con más fuerza en los escenarios del mundo ya que, más allá del hecho teatral en sí, [nos] ayuda a reflexionar y entender sobre cuestiones que por centurias y hasta hace poco eran parte de lo acallado por ley, dicho en voz baja en las familias, desdeñado por las elites de la moralina fascistoide, castigado con la muerte y obliterado por los fundamentalismos religiosos, y blanco de artillería de todo tipo y de cuanto medio se propusiese versar bien o mal, con morbo o sin él, sobre la temática.
          Quiero pasar una tarde con Franco”, escrita y conducida por el joven Martín Marcou, exhibe un desfile de creaturas neuróticas cuya inestabilidad física y psíquica no logra desbaratar las raíces fuertes de un enamoramiento bien plantado. Valentino [Marco Gianoli] invita a merendar a Franco [Hernán Lettini] y, consciente o no, pone sobre la mesa un ‘pack’ que incluye algo más que una variedad agridulce de galletitas. Tras un imperdible diálogo sobre las mismas, se corporizan personajes que, con inteligencia, el autor-director utiliza para tejer una conflictiva que ilustra y pondera sobre el amor y sus circunstancias mediatas e inmediatas. El aire romántico sobrevuela una colección de diálogos infernales y atrapa al público que suspira por un final que llega y rescata la idea de felicidad.  El elenco luce parejo y las verosímiles actuaciones de Gianoli y Lettini  aunadas a la versatilidad de Puchi Labaronnie [en el rol de la madre de Valentino] subrayan la calidad de un texto con altibajos en la dramaturgia pero efectivo en cuanto a su función primordial: entretener y reflexionar sobre hechos que, afortunadamente, han dejado de ser tabú.  




          Presxs de la Vida” [con ‘x’ ya que no marca género] es una serie de monólogos articulada por el reconocido Osvaldo Sabino sobre idea de Daniela Ruiz. Cinco transexuales en situación de cárcel desfilan sus historias frente a una platea que va de la risa a la emoción con la misma frecuencia que las creaturas escénicas narran superficie y estratos de su problemática individual. La cotidianeidad de estos seres en prisión pasa a un segundo plano en tanto cada uno despliega el meollo de sus historias. Estas parecen  tomadas de una antología de clisés del amarillismo y, sin embargo, son historias reales de vida donde el género y la resistencia brillan con una luz que se revela especialmente en el conjunto. La ambición, la pasión enfermiza, la xenofobia, la envidia, la competencia desleal, el desamor, el abandono, la soledad, el transcurso del tiempo: todo ello pasa por lo dicho en escena donde un cierto quietismo permite una escucha efectiva. El director vehiculiza sin efectismo ni afectación  la narración de sus ‘presxs’: Lucía Escobar, Paula Polo, Belén Ponce, Sayuri Salazar y Delfina Bianco; en consecuencia, la línea dramática fluye con el impacto oportuno y la emoción puntual. Una obra reveladora en la que la lucidez de Osvaldo Sabino dispara certeramente contra la discriminación y el oscurantismo.
JORGE PAOLANTONIO para Diario Z

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